Recetas para poder dormir un poco y con suerte nunca despertar
play alcoholactante
Este es el último trago antes de dormir.
Me gusta beber hasta que algo cruje en mi interior,
con la crueldad de un niño que hace crujir sapos en invierno.
Yo aplasté uno a los 6 años.
Ahora bebo por las noches,
y hago crujir a mi familia en ataúdes
hechos por infantes.
Hay silencios que uno tiene que bebérselos de un shot;
así, sin tanta vuelta.
Quemar con vodka a la voz de sapo-grabadora en el esternón;
dañar con caña al mocoso adicto
a retener dulzura entre las heces,
y castrar con bourbon al fulano idiota
que se filma a sí mismo como el esperpéntico héroe
de historias de un amor que nunca va a pasarle.
Busco un algo, un hacer crujir la uretra,
desesperar hasta la muerte
al instinto de ir al baño a llorar en las cantinas.
Busco aplastar con cada trago y cada wáter
el balonazo intencional que se repite en mi cara desde los 6 años,
y la patada aún más intencional en mis huevos,
que se repite en sueños desde que tengo 12,
cuando mi mejor amiga dijo en público que yo era de lejos el más feo.
¡Qué reconfortante el último trago antes de dormir…!








